Alter Ego

Ausente. Oigo las voces de las personas que me hablan, pero no entiendo lo que me dicen. Mis pensamientos divagan entre la niebla de la incertidumbre, de la duda, del miedo. Mi mirada no se dirige a ningún sitio o persona en especial, está perdida, tratando de encontrar a mi alma, que por su parte trata de calmar las tempestades de los fantasmas que no quieren dejarme en paz. A veces siento que los que me rodean se cansan de tener que estar trayéndome de vuelta a la realidad, y que algún día ellos se hartaran y me dejaran encerrada en mi propia prisión mental.

Todas esas batallas en las que luché con gente externa a mí, en las que invertí tiempo y esfuerzo, viéndolo ahora que por fin he descubierto la verdad, fueron, en su mayoría, inútiles, porque el único enemigo que realmente he tenido todo este tiempo, soy yo misma.